9 dic 2011

San Martín de Tours

Aunque ciertos autores sostienen que lo que compartió San Martín de Tours con el mendigo fue la mitad de su caspa, está universalmente reconocido que el santo partió su capa en dos y entregó media al indigente.

Si aceptamos la iconografía que existe para ilustrar este hecho tan notable de filantropía y nos creemos al sensual Greco, San Martín de Tours era un miserable.

Aquí lo tenemos, a un tiro de piedra de su casa, vestido como un príncipe y a caballo. Y tiene el morrazo de darle al desdichado (que va desnudo como un San Sebastián asaetado) solamente la mitad de su capa. ¡Menudo santo cicatero!

Aunque al pobre, transido de agradecido fervor, se le ve contento.