El apellido es muy común pero resulta interesante porque une a dos personajes cuyas biografías guardan ciertos paralelismos en términos generales, aunque esas líneas paralelas están situadas a alturas muy distintas y no solo porque uno arranca su obra en el siglo XIX y el otro en el XX.
Los dos, periodistas, escritores y académicos de la lengua. Y
los dos, con un tema común en una de sus obras.
Venga, al turrón, uno es Benito Pérez Galdós y el otro ArturoPérez-Reverte Gutiérrez. Solamente con este dato ya nos podemos imaginar por dónde
va la cosa pero, como existe Wikipedia, las comparaciones son muy fáciles de
establecer.
Como periodistas, los dos fueron corresponsales cada uno a su
manera porque el fundador y redactor jefe durante años de la revista Defensa (Arturo
Pérez-Reverte), tiró por derroteros marciales.
Como escritores, también el paralelismo entraña peros. La
producción literaria de Galdós, desde su primera novela, comparte los
anaqueles de los más grandes escritores en lengua española quizá por su prosa
sencilla y eficaz que siempre tiene en cuenta al lector [“…no quiero cansar al lector con pormenores que sólo se refieren a mis
particulares impresiones…” (Trafalgar)] El otro siempre pretende apabullar incrustando ingentes conocimientos en el texto; cansa.
En su condición de académicos,
como en esa institución deben incluso merendar, solo se puede decir que Galdós
ingresó a los cincuenta y cuatro años y Gutiérrez a los cincuenta y dos.
Por último,
les une haber escrito sobre Trafalgar. Cuando a Gutiérrez le propusieron tener
escrita una novela que sirviese a la conmemoración del ducentésimo aniversario
de la batalla de Trafalgar (1805-2005), habría de haberse negado; bastaba con reeditar
la de Galdós, pero como seguramente echó cuentas de ganancias y, por lo bajini,
le prometieron la
Gran Cruz al Mérito Naval, pudo la soberbia y nos
endilgó otro curso CCC.
En fin, paciente lector, saque usted sus conclusiones