6 nov 2015

Sultán

Como cada primer jueves de mes, doña Consuelito Camps había ido a confesar a San Francisco. Ese era el peor día para el cabildo de la concatedral porque doña Consuelito acudía siempre con Sultán, un carlino de regular mala leche que la señora dejaba bajo la custodia de algún sacristán hasta que finalizaba la diálisis de su alma. Nunca faltaba a su cita y nunca consentía que Sultán se quedase en la calle, tenía que estar en sagrado mientras ella se ponía a bien con Dios.

El perro ladraba, revolvía y se meaba en la sacristía...Se portaba mal, pero a los clérigos no les quedaba otra que aguantarse. La familia Camps -de Obleas y Ornato Sacro Camps- siempre les había obsequiado con generosidad ora con cajas de un extraordinario jerez, ora con jamones de Montánchez.

Finalizado el expurgo de sus pecadillos,  doña Consuelito daba una vuelta a la iglesia por fuera de la verja que la circundaba y enmarcaba un ameno jardincillo. Gustaba de leer las muchas lápidas que, en homenaje a tal o cual obispo, alicataban las paredes exteriores. No las veía bien de lejos pero se sabía los textos de memoria.

Al pasar cerca de la puerta lateral de la verja, Sultán se paró un momento para mirar al jardín y movió su enroscado rabo. De un barullo de ropa que había sobre un banco, asomó una cabeza negra con las orejas muy tiesas y un poquito a su derecha un rabo se movió con fuerza. Era el perro de Tomás, el pobre de solemnidad de la parroquia. Doña Consuelito miró un instante a Tomás y éste la saludó con una rápida inclinación de cabeza. Con un leve tironcito de correa, Sultán se puso en marcha sin perder de vista al perrete vagabundo.

22 oct 2015

Pañuelo

Sucedía que tener pan de molde en casa era un claro signo de mundano savoir-faire. Se compraba en los pocos supermercados que había y aunque te lo vendiesen florecido, daba lo mismo, se consumía cuidando de morder solo lo blanco. Se pegaba al paladar pero eso era comida de ricos, seguro.

Era como entrar en la civilización pero desde el corral, si en el mundo civilizado hay corrales en las casas. Creo que no.

Por aquella época era normal también que, en el momento en que ya estabas abriendo la puerta para salir de casa, tu madre te gritara ¿llevas pañuelo? Y vuelta atrás para aprovisionarte de uno y eso que decían que había pañuelos de papel para mocarse una sola vez.

1 sept 2015

Abrazo

Uno se cree que, metido en el siglo veintiuno entre faceboocks, whatsapps, twiters y todas las redes de información que se nos ocurran, es imposible que el ahora mismo nos depare una sorpresa que no sea tecnológica; pero va y al dar la vuelta a una esquina del verano, se nos aparece una rondalla de pulso y púa que para ante una puerta y se arranca a cantar “La Aurora”. Las luces de la casa aumentan su intensidad, la puerta se entreabre y la cara que asoma da un grito emocionado y el cuerpo al que pertenece esa cara sale disparado hacia la calle, mientras los ojos de esa cara lloran sinceramente y con la misma verdad moquea la nariz y todos esos fluidos se estampan en una cara, en un cuello, porque así son los abrazos.

13 ago 2015

La máquina del tiempo

Conchita Bautista, como todos los cantantes de la era del vinilo –ese camelo mitificado que requería carísimos y complejos equipos reproductores para oír algo- debió ganar mucho dinero con la venta de sus discos, los bolos y las pocas películas en las que intervino; pero competía con grandes valores de la escena musical como Carmen Sevilla, Lola Flores o, la más jovencita, Rocío Jurado y por eso no era ni carne ni pescado. ¿Cantante ligera? ¿Tonadillera? Voz gutural, especializada en los grandes certámenes de la canción que durante los años 60 del siglo XX lo petaban. A una dictadura siniestra como la española, le interesaba proyectar buena imagen y en todos los fregados había alguien defendiendo los valores musicales patrios.


En fin, la recordamos aquí junto al gran Augusto Algueró que probablemente sea el compositor del ADN musical de una o dos generaciones de españoles (con Juan Carlos Calderón). Los dos son responsables de canciones imperecederas que forman parte de nuestro genoma cultural.

Hemos elegido “Será el amor”, interpretada por Conchita Bautista y compuesta por Algueró, para nuestro viaje en el tiempo porque es bonita y para desmentir a los bobos que, como Alfonso Ussía, sostienen que la compuso para la película “Torrente, el brazo tonto de la ley”.

[En marcha]

7 ago 2015

Amistades

Como las estalactitas, las amistades se forman tan lentamente que al pasar revista al tiempo del que datan, resulta imposible hacer precisiones. Teodoro Golfín y José Ido mantuvieron durante sus vidas una inquebrantable amistad que se forjó en Alcalá de Henares durante la primera mitad del siglo XIX.





Teodoro Golfín estudiaba medicina y todos los días a la misma hora pasaba por la puerta de una librería de viejo que atendía José Ido, escritor de folletines e hijo del dueño. En el instante muy breve de cruzarse el estudiante y el escritor, intercambiaban un “buenos días”. Eso fue así desde 1820 al otoño de 1823. Aquel jueves, Teodoro Golfín, tras el intercambio de “buenos días” con José Ido, hizo una pausa dramática y añadió: “parece que refresca”.

12 jun 2015

Nieves Piris

La septuagésimo cuarta edición de la feria del libro de Madrid nos trajo clasicazos como las colas de bobos esperando que Pérez Reverte les firmase alguna tabarra, las loas a la dieta vegetariana por parte de la realeza y otros tópicos primaverales.

Fuera de la zona iluminada por los potentes reflectores del recopetín, esta feria nos mostró un verdadero tesoro que viene a iluminar una oscura falsedad. Se trata de la biografía póstuma de Nieves Piris Escalante, un nombre que nada nos dice como tampoco nada evoca. Se trata de una persona anónima, que lo hubiera seguido siendo de no ser por el denuedo con el que su sobrina Encarnación la ha sacado del olvido.

Nieves Piris nació en Cullera (Valencia) justo cuando terminaba la regencia de María Cristina de Habsburgo. Huérfana de padre, que había muerto en Camagüey (Cuba) al caerse de un caballo, se trasladó a Madrid donde entró a servir en casa de los Klein, unos franceses adinerados, que con el paso del tiempo la convirtieron en cocinera gracias a las dotes culinarias que desde el primer momento demostró.

Cuando la hija de los Klein contrajo su segundo matrimonio, Nieves pasó a ser su cocinera. Como sabía leer y escribir, anotó a lo largo de los años todas las recetas con las que alegraba el paladar de la familia Ortega, pues ese era el apellido del señor de la casa. Con lo que quedó de esas notas y otros escritos, Encarnación Valls ha construido su biografía y, de paso, ha desmontado un mito.

Nieves Piris había reunido un total de mil ochenta recetas de cocina mientras sirvió en casa de la hija de los Klein. En 1970, a los sesenta y un años, perdió la memoria y la capacidad de caminar por causa de una demencia vascular. En esas condiciones, doña Simone su patrona, decidió dos cosas: ingresarla en una residencia que las Hermanitas del Cordero tenían en Pozuelo de Alarcón y hoy es una urbanización de lujo; la segunda decisión fue publicar el fantástico recetario que Nieves guardaba en dos cajas de puros Partagás.

En 1972 salió a la calle un libro que todavía se vende como el agua y del que Nieves Piris nada supo pues falleció en noviembre de 1971.

Encarnación Valls Plumed, catedrática de ética en la Universidad Católica de Lovaina y sobrina de Nieves Piris, nos brinda en esta biografía una visión “aquilatada”, según sus propias palabras, “de una realidad para la que no buscamos sino el simple reconocimiento que restablezca la paz en este conflicto intelectual”

3 jun 2015

Arousal

Entre el estímulo y la respuesta, dicen que hay un proceso de activación psico-física que se llama arousal porque en inglés todo suena mejor. Se le puede llamar alerta o activación, pero da igual.

La cosa es que cuantos más estímulos inciden en el individuo y cuanto más complejos son, las respuestas que genera éste han de ser más elaboradas para ser eficaces. Por eso es corriente oír expresiones como estas, “¡qué bien se vive en el campo!” o “¡qué plácido es el convento!”

En los países llamados neutrales, en los principados, republiquitas o bailiatos en general, el nivel de arousal nacional no debe ser muy alto porque nada se oye de ellos salvo lo apacibles que son. Como una Malá Strana donde, si ruido, sus vecinos amasan fortuna sin que se sepa en qué la gastan.


Es muy posible que por eso, la ideal Malá Strana sea el desiderátum de todos los independentismos.

19 may 2015

Lantánidos y actínidos

Cuando en otro momento salió el tema de los gases nobles ya vimos que el sistema periódico de los elementos contiene misterios de raíz no solamente química sino también social porque la sociedad se comporta según pautas parecidas a las del sistema periódico.

Según dicen los químicos, a los lantánidos se les llama tierras raras. Tierras porque se trata de óxidos y raras seguramente por la cara puesto que, al contrario de lo que parece, no son tan infrecuentes en la naturaleza y además son muy útiles. Su paralelo social serían los radioaficionados que en medio de un mundo, envuelto en la red de la híper información, son una rareza que, como las palomas mensajeras, resulta útil.


A su lado tenemos a los actínidos que son tremendamente inestables y no se encuentran de manera normal en la naturaleza. Los actínidos, pues, existen pero no están y sus isótopos son tremendamente radiactivos. Son pocos y efímeros. Su paralelo social son los concursantes de Saber y Ganar que son pocos (porque se conoce que los listos escasean) y repescables a perpetuidad. Lo malo es que cuando los recuperan para seguir concursando, se convierten en isótopos tremendamente radiactivos.

26 mar 2015

Reciclar y reutilizar

Calma. Este rollo no va sobre “las tres erres”; vamos a centrarnos en las acciones que se mencionan en el título por si nos impelen a algo.

La primera, reciclar, implica convertir desechos en nuevos productos para poder ahorrar materiales y energía y no contaminar tanto. Eso supone poner en marcha un proceso de naturaleza industrial que se sitúa fuera de las posibilidades del ciudadano común. Pero como éste se halla sensibilizadísimo gracias a la tabarra de la propaganda, ¿qué puede hacer el pobre? Exactamente, usar adecuadamente los contenedores de colores y de este modo liberar a las mercantiles recicladoras de la parte más engorrosa del negocio: recolectar la materia prima.

Los alemanes están quitando el máximo posible de contenedores coloridos (nos los venderán a nosotros, casi seguro) para instalar máquinas que pagan, por ejemplo, unos cincuenta céntimos por envase de plástico o de vidrio. Ese dinero se ha cobrado al adquirir el producto pero supone un incentivo para su recuperación. El vidrio que no pasa por las máquinas, lo recogen las mercantiles recicladoras a la puerta de casa del contribuyente, donde espera metido en cajas.

Máquinas recuperadoras en un centro comercial de Leimen  (Alemania)
La segunda acción, la reutilización, supone volver a usar los potenciales desechos de forma diferente. Así, una botella de vino vacía puede contener otro tipo de líquido o bien transformarse en objeto decorativo. Eso está al alcance de cualquiera; transformar los bricks en macetas, también; transformarlos en paneles de aglomerado, ya no. 

Reciclar, no podemos pero reutilizar, sí. Del ciclo integral del reciclaje deben encargarse las mercantiles recicladoras sin hacer desprecio de la inteligencia del ciudadano. De reutilizar lo que se pueda, que pierdan cuidado que lo hemos hecho toda la vida.

24 mar 2015

Viajes en el tiempo

Hay lugares que aun no siendo Comala, nos deparan la posibilidad de movernos a través del tiempo porque nos brindan los agujeros adecuados para ello en cualquier calle. Basta concentrarse durante un instante en ellos y enseguida nos trasladan veinte o cuarenta años atrás. 

Unos de los elementos urbanos más eficaces para experimentar los retrocesos temporales son los azulejos de las fachadas de muchas casas de pueblo. Cualquiera puede comprobarlo pero tiene un riesgo: la melancolía. 

6 mar 2015

Frío

Algunos días, sin saber cómo ni por qué, íbamos al cine con los padres; de noche. No estaba lejos de casa pero la travesía, en la procelosa oscuridad invernal de las calles, era de órdago.

El final de la sesión nos exponía otra vez a los elementos. "Tápate bien la boca con la bufanda que fuera hace mucho frío y te puedes constipar".

Por el mismo camino, a casa; a dormir con muchas mantas.

2 mar 2015

Sofisticación

Quizá lo más fascinante de aquellos viajes que hacíamos a Andorra los pringaos que no podíamos comprar diamantes, hacer grandes depósitos bancarios o mercarnos un visón, era encontrar de repente cordilleras de cartones de tabaco de cualquier marca conocida o no, anaqueles llenos de toda suerte de licores con etiquetas tan fabulosas como desconocidas, por no hablar de las caprichosísimas formas de las botellas.

La vista quedaba saturada por ese mosaico abigarrado de ambrosías sin cuento. El lineal de la mantequilla en aquellos templos de la abundancia era tan exuberante que transcurrían horas mientras se contemplaba el barroquismo de tales exquisiteces. 

Pues qué decir de los quesos, lo mismo pero elevado a una potencia notable. Terminada la visión de la quesería, el visitante estaba rendido y dispuesto a comprar lo que fuera con tal de llevarse a casa un pedazo del empíreo en el que levitaba y, por lo común, siempre caían quesos de bola, mantequilla en lata, azúcar a sacos y las aspirinas, que eran mucho mejores que las de aquí.

Los guardias civiles de la frontera se doblaban de risa revisando los maleteros.

9 ene 2015

El secreto clareado

Se acomodaron en la mesa y pidieron respectivamente té con limón y té de frutos del bosque porque esa amalgama de sabor es orgánica.
- Siempre pido lo mismo a estas horas. Y, ¿a qué no sabes qué le echo?
- ...
- Miel.