Uno se cree que, metido
en el siglo veintiuno entre faceboocks, whatsapps, twiters y todas las redes de
información que se nos ocurran, es imposible que el ahora mismo nos depare una
sorpresa que no sea tecnológica; pero va y al dar la vuelta a una esquina del
verano, se nos aparece una rondalla de pulso y púa que para ante una puerta y se
arranca a cantar “La Aurora”. Las luces de la casa aumentan su intensidad, la puerta se entreabre y la cara que asoma da un grito emocionado
y el cuerpo al que pertenece esa cara sale disparado hacia la calle, mientras
los ojos de esa cara lloran sinceramente y con la misma verdad moquea la nariz
y todos esos fluidos se estampan en una cara, en un cuello, porque así son los
abrazos.1 sept 2015
Abrazo
Uno se cree que, metido
en el siglo veintiuno entre faceboocks, whatsapps, twiters y todas las redes de
información que se nos ocurran, es imposible que el ahora mismo nos depare una
sorpresa que no sea tecnológica; pero va y al dar la vuelta a una esquina del
verano, se nos aparece una rondalla de pulso y púa que para ante una puerta y se
arranca a cantar “La Aurora”. Las luces de la casa aumentan su intensidad, la puerta se entreabre y la cara que asoma da un grito emocionado
y el cuerpo al que pertenece esa cara sale disparado hacia la calle, mientras
los ojos de esa cara lloran sinceramente y con la misma verdad moquea la nariz
y todos esos fluidos se estampan en una cara, en un cuello, porque así son los
abrazos.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)