6 sept 2010

Dormitar

Forma parte de la naturaleza humana el gustito por parar el despertador y arrancarle unos minutitos de sueñecete.

Debe ser así porque todos los relojes despertadores modernos incorporan una función denominada snooze que en español significa dormitar o adormecerse. Y si la industria del tiempo atrapado se ha gastado los cuartos será por algo.

El uso del snooze, la autorización para adormecerse, es también una concesión a la perecilla. Una perecilla que la industria relojera ha tasado en un máximo de nueve minutos.

Nueve minutos en las ciudades donde el metro es una mierda, pueden ser una eternidad y tener repercusiones formidables pero, en urbes civilizadas, no pasan de ser un pecadillo venial, una condescendencia que el sistema productivo capitalista tiene con los currantes que creen que transgreden la norma y resulta que la norma no permite más que nueve minutos de embeleco.

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