Según una taxonomía melomaníaca se podrían clasificar en divisiones, clases, órdenes, familias, géneros y especies. Hay muchos.
Nos interesa en particular uno que, por lo común, no suele ir a los conciertos a toser. Es el hombre sencillo y popular que ha tocado, pongamos por caso, el bombardino en la banda de su pueblo y que siempre escuchó con unción cualquier pieza sin importarle un pijo que fuera pasodoble, mazurca o réquiem.
A pesar de los años y de saber de sobra que eso es así, se admira de que la partitura domeñe al tiempo y suene en el aire para cambiar el hilo del pensamiento.
Se le suele ver meneando la cabeza afirmativamente tras el último compás y llevándose un plegado pañuelete a los ojos.
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