14 nov 2009

Tener anís en casa


Parece que está un poquete trasnochado el tener anís en casa.

¿Quién se toma un latigazo de anís? ¿Quién lo sigue combinando con la coñá para hacer el nutritivo desayuno denominado solisombra?

Ahora la gente es cosmopolita; ya nadie hace la digestión con el poleo tocado con el españolísimo anís y es pena porque templos del anís como Rute, Chinchón o Badalona han visto desvanecer el lustre alcohólico que otrora les brindó una España un poco más casposa pero, desde luego, menos moña que sabía valorar las esencias etílicas fundamentales y exentas de artificio.

Volver al anís en casa, al Calisay o al muy estomacal Cantueso Oro nos devolverá a una sencillez que hemos perdido por mirar demasiado a Norteamérica.

2 comentarios:

  1. La Asturiana, La Castellana, El Mono... El más cosmopolita y chic Marie Brizard, por su francónfono nombre y su campanilla... aunque sus lisas formas no igualaban al inigualable relieve de las otras más españolas, que se hacían servir para amenizarnos las navidades, qué magnífico sonido, el del rabo de la cuchara rozando rítmicamente, acariciando más bien el largo de l a botella... Es más, Quién no se ha tomado una manzanilla con anís "p'a la tripa"!!

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  2. Nota correctiva: El anís de la campanita se llama BENDOR

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