Inquietante

La imagen que nos acompaña, presenta un suceso que ocurre una tarde de lunes cualquiera.

Un lunes por la tarde no es, por así decirlo, la flor azul pero la escena que tenemos delante está acaeciendo en un retrete adornado con un cuadro perfectamente enmarcado, unas cortinas que dan intimidad a la descomunal bañera que tienen buena caída. No se trata de un retrete cualquiera.

Hasta aquí podemos estar serenos, lo inquietante viene ahora. ¿Qué hacen en un retrete sólidamente decorado tres varones adultos un lunes por la tarde?

Si con esta pregunta no tenemos bastante dosis de zozobra, resulta que los mendas van ataviados con camisetas desmangadas y falditas a la romana...

Algo aquí ya no es normal. Pero, ¿y la escena? Dos sujetos (el de la faldita lisa y el de la plisada) parece que intentan desenmascarar a otro pollo que vela su identidad con una burda nariz postiza y un globo prendido a un palito… Y el tío va vestido de la misma guisa.

Con todo, lo más inquietante de este embrollo de lunes por la tarde, es el gran parecido de los protagonistas de la escena con el vigoroso Roberto Alcázar.

Terquedad

El reinado de los famosos "todo a cien" estaba destinado a la brevedad pero el advenimiento del euro, con su séquito de careros redondeos, aceleró la desentronización.

Vino detrás el gran hallazgo: la tienda multiprecio. Y se implantó la cosa como una gran novedad; como si en una tienda cualquiera los precios no fueran variados.

No es necesario apellidar a un comercio o bazar como "multiprecio", pero la peña es empecinada y la mierda del multiprecio ha calado tanto que ya se usa, sin reflexión, como algo normal. Vale, no pasa nada, pero si el chino se obstina en la palabreja, el impresor que haga el favor de usar el corrector ortográfico para no cagarla como en la foto que nos ha remitido un amable colaborador.

Gente corriente

Es lo normal oír, entre los pedagogos caninos, que básicamente los perros son todos iguales y su adiestramiento es universal; cada raza se diferencia tan poco de la otra que lo que vale para un boxer, vale también para un pastor belga.

La imagen que sigue, corresponde a la versión afgana del horroroso programa televisivo "La Voz".

Resulta desconcertante porque lo que nos transmiten los infames telediarios sobre Afghanistan, para nada se corresponde con un país normal y en cambio, ahí están los afganos haciendo las mismas tontadas que los españoles, los belgas o los americanos.

No es, pues, esa gente tan contraria de los franceses o los británicos pero alguien les pretende radicalmente distintos y ese alguien es la misma cuadrilla que al viaje le llama peregrinación; al extranjero, enemigo o a la guerra, cruzada. Son los mismos que imponen su ignorancia porque es más fácil pastorear a los necios que a los sabios.