El reinado de los famosos "todo a cien" estaba destinado a la brevedad pero el advenimiento del euro, con su séquito de careros redondeos, aceleró la desentronización.
Vino detrás el gran hallazgo: la tienda multiprecio. Y se implantó la cosa como una gran novedad; como si en una tienda cualquiera los precios no fueran variados.
No es necesario apellidar a un comercio o bazar como "multiprecio", pero la peña es empecinada y la mierda del multiprecio ha calado tanto que ya se usa, sin reflexión, como algo normal. Vale, no pasa nada, pero si el chino se obstina en la palabreja, el impresor que haga el favor de usar el corrector ortográfico para no cagarla como en la foto que nos ha remitido un amable colaborador.
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