Entre el estímulo
y la respuesta, dicen que hay un proceso de activación psico-física que se
llama arousal porque en inglés todo
suena mejor. Se le puede llamar alerta o activación, pero da igual.
La cosa es que
cuantos más estímulos inciden en el individuo y cuanto más complejos son, las
respuestas que genera éste han de ser más elaboradas para ser eficaces. Por eso
es corriente oír expresiones como estas, “¡qué
bien se vive en el campo!” o “¡qué
plácido es el convento!”
En los países
llamados neutrales, en los principados, republiquitas o bailiatos en general,
el nivel de arousal nacional no debe ser muy alto porque nada se oye de ellos
salvo lo apacibles que son. Como una Malá Strana donde, si ruido, sus vecinos
amasan fortuna sin que se sepa en qué la gastan.
Es muy posible
que por eso, la ideal Malá Strana sea el desiderátum de todos los
independentismos.
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