24 oct 2013

Elogio del bidé

Consideren los lectores que se encuentran en el penoso trance de iniciar obras de remodelación de sus cuartos de baño, la necesidad que tienen del bidé y consideren también si les merece la pena conservarlo con arreglo al uso que hacen de él.

La Real Academia expresa la utilidad del artilugio de manera muy breve pero ilustrativa: recipiente ovalado instalado en el cuarto de baño que recibe el agua de un grifo y que sirve para el aseo de las partes pudendas. Para eso sirve el bidé, para tener las partes pudendas en perfecto estado de policía.

El más común de los actos que requiere una posterior y diligente ablución, es la deposición pues se han de evitar posibles inconvenientes como la aparición de improntas en la ropa interior o los desagradables frusfrús de la hendidura pandera que suelen ser sus precursores.

Pues bien, cualquier vendedor de sanitarios desechará su idea de adquirir un bidé haciendo, además, visajes de notable disgusto como para afearle a usted bien el ser un antiguo o un cerdo reprobable ya que, por lo visto, después de cagar lo actual es darse una ducha. Lo sucio –cabría recordarles- es el culo, no las otras numerosas partes y vericuetos.

Me cumple pues hacer la defensa del bidé como ingenio sanitario de tan probada utilidad como el lavabo. ¿Si el vendedor de sanitarios tiene las manos sucias, se ducha? ¿Si al terminar de comer nota mácula en los dientes, se ducha? Con toda seguridad los vendedores de sanitarios no se duchan tras la deyección y, los impostores, van por el mundo con el ojete a medio limpiar y no lo dicen, tal como le pasa a mucha gente desafecta al bidé.


En el tiempo de tinieblas para este imprescindible utensilio, vindico al bidé e invito a su defensa ante la horda de mercachifles que lo denuesta.

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo. Es lamentable ir a un hotel funcional, lease IBIS, y no encontrar tan necesario sanitario para proceder a la correcta policia una vez se ha comprobado que el pertinente test post-ventosidad ha resultado positivo.
    Yo sugiero a Cristobal Montoro que incluya una tasa a aquellos hoteles, restaurantes y otros lugares públicos que carezcan de él.

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