27 nov 2014

Navidad española

Las tarjetas de Juan Ferrándiz son un clásico
Cualquier expresión navideña de este necio país, en el siglo pasado y hoy mismo también, irradia caspa. Quien haya visto la excelente “Plácido”, se podrá hacer una idea de la clase de navidad que gastamos en España, ese lugar que forjó su temple tristísimo con el martillo de sus piadosos monarcas y el fuego de sus facciosos sacerdotes.


La navidad anglosajona certifica la tristeza de la española, por más cánticos que se entonen con acompañamiento de zambombas, panderetas y botellas de anís. La temática del villancico español se nutre de la historia sagrada en su versión más gore y por eso sus letras nos recuerdan que el niño Jesús ha de morir en la cruz, que hay una corona de espinas que produce gran dolor, que al niño dios quieren degollarlo… En fin, desbordan alegría.

Los cantos navideños verdaderamente brillantes, los que transmiten alegría u honda emoción no son autóctonos; lo nuestro es penar sin tregua o emborracharse cumplidamente.

Por su parte, la imaginería navideña española gira en torno a la vida y milagros del niño Jesús. Otra vez la historia sagrada de tono gótico con el castillo de Herodes y sus romanos o los pastores borrachines y escatológicos… Ver El Belén es lo mismo que asistir a las procesiones de Semana Santa, solo que en miniatura. Nada que ver con la iconografía europea.

La navidad española es una verdadera cochambre cimentada a base de quimeras clericales y culpa. Un lugar para la hipocresía donde no hay verdadero júbilo sino azumbradas manifestaciones de contento propias del adviento que, como se sabe, es tiempo de arrepentimiento.

Huir es una buena opción; pasarse al bando de Santa Claus, otra.

18 nov 2014

Octubre

Durante los últimos días de octubre era muy corriente, junto con el aroma a calabaza asada, percibir en las casas un fuerte olor a esmalte y aguarrás acompañado de un singular y litúrgico trasiego que se repetía cada año. Y es que a las madres les dio por pensar que el mejor mantenimiento para las humildísimas lápidas de piedra aglomerada, era una esmerada mano de Titanlux.

9 nov 2014

Domingo

En la esquina, mirando hacia una ventana mientras balancea en la mano un asiento elevador, espera. Un coche de color gris plata entra en la calle y como es temprano y no hay circulación, hace una maniobra inadecuada y se detiene a su lado. Sale una señora y va hacia él decidida, le estampa dos besos y rubrica con otro más. "¿Has desayunado?". "No". Aprieta la mujer los labios y en seguida afloja para que no se note el mohín.

El niño ya se ha sentado en el alza y su abuela le pone el cinturón de seguridad, vuelve a su asiento, arranca el coche y se marchan. El abuelo del crío, en el asiento del acompañante, mira a su nieto y sonríe con pena.

7 nov 2014

Estados de ánimo

El espíritu humano atraviesa, con el decurso del tiempo, diferentes disposiciones del ánimo que cristalizan o no pero asaltan al hombre desde dentro o desde fuera. Hay, no obstante, otros estados de ánimo que son inducidos como el anestésico, el eufórico por embriaguez o el melancólico por acción de la música bien escogida.

Pues bien, existe un estado de ánimo que consiste en una enorme sensación de vacío, atemporalidad y moderado estupor que puede inducirse mediante la sola visión de los dibujos animados que la desaparecida Unión Soviética legó a la humanidad.

Quien no lo crea, que pruebe.